Manuel Meijomil es uno de los dos socios al frente de Leñas Galicia, empresa especializada en la venta de leña envasada. Esta firma, situada en Lalín (Pontevedra) fue pionera con este formato de venta en Galicia. Ahora, después de casi 10 años en el sector, trabajan por impulsar una asociación con la que dar valor añadido al producto. Reivindican el valor de la leña y pretenden romper con la idea de que es una energía de segunda.
Con Manuel conocemos más sobre la situación de la venta de leña en Galicia, que ha experimentado una gran demanda en los últimos tiempos, sobre todo tras la explosión de la Guerra de Ucrania, al dispararse los precios de otros combustibles.
-¿Cuándo comenzasteis con Leña Galicia?
-En Leña Galicia somos dos socios, junto conmigo está Miguel, que está en el día a día de la empresa. Empezamos hace 8 años y en aquel momento no teníamos ni idea de leña. A diferencia de lo que acontece con la mayoría de las empresas del sector, que son madereros que tienen la leña como una actividad complementaria, en nuestro caso llegamos los dos socios sin tener experiencia en esto, pero con las ideas muy claras de lo que queríamos hacer.
“Los dos primeros años fueron difíciles, porque para la gente no tenía lógica vender leña en sacos pequeños cuando lo habitual era que se comprase un remolque de leña”
-¿Y qué era lo que queríais hacer?
-Nosotros teníamos claro que queríamos vender leña envasada, mientras que todo el mundo vende la leña a granel, por remolques. El envase que nosotros manejamos no lo tenía nadie. También es verdad que los dos primeros años fueron difíciles, porque para la gente no tenía lógica vender leña en sacos pequeños cuando lo habitual era que se comprase un remolque de leña. De tener que insistir nosotros para que probasen con este formato en sus tiendas pasamos a que ahora vengan los comerciales a nosotros para vender nuestro producto.
-¿Qué formatos de venta tenéis?
-Vendemos bigbags, sacos de 8 kilos de leña y tacos de madera pequeño tamaño para encender el fuego, en sacos de 9 kilos. Nuestros clientes son tiendas: supermercados, gasolineras, tiendas agrarias, tiendas chinas… Es cierto que tenemos algún cliente que nos lleva por tráiler de leña a granel, pero apenas representa un 1% de la producción. Además vendemos también otros productos como astilla envasada, briquetas, pélets, carbón… Estos fueron productos que nos fueron demandando nuestros clientes y los fuimos incorporando, pero representa también un porcentaje pequeño.
-¿Cómo ha resultado la aventura en el sector de la leña?
-Nos ha salido bien. Por ahora casi no tenemos competencia en el mercado gallego. Hay gente que vende leña envasada, pero somos los únicos que vendemos a tiendas. Además, la situación de los mercados derivada de la guerra de Ucrania favoreció que se disparase la demanda de leña.
-¿Qué producción manejáis?
-Este año ha sido espectacular. Tuvimos una producción de unas 9.000 toneladas aproximadamente. Desde el primer año hemos estado doblando la producción casi todas las campañas. Comenzamos en el polígono de Lalín con una nave pequeña alquilada, después compramos hace 3 años una nave de 2.000 metros en Catasós y ahora estamos pensando ya en ampliar porque al ir incorporando otros productos precisas más espacio para almacenaje.
“La intención es centrarnos solo en la venta a tiendas de manera directa y la venta a particulares hacerla por internet, a través de la página web”
-¿Tenéis intención de seguir creciendo en producción?
-Estamos buscando gente para hacer leña y no conseguimos encontrar. Estamos incorporando maquinaria, pero también precisamos contratar personal. Ahora mismo estamos un poco condicionados por esa falta de personal. Tenemos 4 personas y puntualmente entra algún refuerzo, pero precisábamos producir más leña, ya que estamos pendientes de dar el salto a la venta en internet. La intención es centrarnos solo en la venta a tiendas de manera directa y la venta a particulares hacerla por internet, a través de la página web que estamos ultimando. Precisamos poder atender la demanda que se genere por esta vía y tenemos que tener la producción necesaria.
“La leña de abedul es una madera que nos piden mucho los panaderos, por el poder calorífico que tiene y porque arde muy bien”
-¿Con qué maderas trabajáis?
-Trabajamos roble, eucalipto y abedul. Por tradición, inicialmente todo el mundo te pide roble, el eucalipto está muy denostado y el abedul es una madera que nos piden mucho los panaderos, por el poder calorífico que tiene y porque arde muy bien. Los particulares no querían ni eucalipto ni abedul, pero después de probarlas no vuelven al roble, ya que esta leña les calienta en muy poco tiempo, mientras que el roble tienen que esperar varias horas para tener esa temperatura.
-¿Qué ciclo seguís en la producción de la leña?
-No hay un ciclo exacto. La leña de roble la fabricamos todo el año, hay gente que solo quiere esa leña. A partir de finales de agosto comenzamos a trabajar más eucalipto y abedul, para tener leña seca cuando después nos la piden. En esa época aún se va secando este tipo de leña, mientras que el roble en los meses de otoño e invierno ya no seca con la humedad que hay en el ambiente.
-¿Qué precios se pagan por la madera para leña?
-Nosotros no vamos al monte, compramos la madera a madereros. No tiene un precio fijo, ya que depende de diversos factores como la demanda, el tipo de madera, el maderero… pero está entre 50 y 70 euros por tonelada. Es un intervalo muy amplio. Tampoco podemos comprarla cuando queremos, sino cuando ellos nos llaman ofreciendo una partida que nos pueda interesar. Si no la compras el día que te la ofrecen cuando la quieras no la puedes encargar y que te la traigan. Nos pasa con las 3 maderas, pero sobre todo con el roble.
“El roble está subiendo mucho de precio no solo por la demanda que tiene esta leña, sino por la falta de relevo generacional que están encontrando los madereros. No hay gente para cortar la madera en el monte”
-¿Hay dificultades para hacerse con madera de roble?
-El roble está subiendo mucho de precio, y no solo por la demanda que tiene esta madera, sino por la falta de relevo generacional con la que se están encontrando los madereros, que no encuentran gente para cortar la madera. A diferencia de lo que ocurre con otras maderas, el roble tiene que cortarse con la motosierra, no se puede hacer con las procesadoras, y no hay quien lo haga. Con la subida de la demanda debido a la guerra de Ucrania y la falta de gente no hay leña de roble para comprar, aunque en el monte hay de sobra.
-¿Cómo es el proceso para hacer la leña? Trabajáis con cualquier tipo de madera que os sirvan los madereros?
-Nosotros tenemos una línea semiautomática. En general, nos mandan desde 10 a 45 centímetros de diámetro. Los diámetros de mayor tamaño que nos llegan se venden como tocones y hay mucha demanda de ellos, ya que es una leña apreciada y que cuando está seca arde muy bien. Tiene otro precio porque lleva mucho tiempo hacerla. La leña de bigbag es de 35 centímetros de largo y la de saco es de 30 centímetros, por lo que la madera más recta la dedicamos a las piezas más cortas, para optimizar el proceso.
-¿No os interesan otras maderas como el pino?
-El pino en concreto no lo trabajamos porque es muy resinoso y la cáscara es muy gorda y no se nos presta bien.
-¿Hacéis la leña en verde y luego la dejáis secar?
-Vendemos leña seca y leña verde, a distinto precio. En la comarca del Deza la leña verde está en los 70 euros por metro cúbico y el seco está en 110 euros. La leña para que seque tiene que estar rota. Tenemos los bigbag ventilados, por lo que envasamos la leña en verde y luego en 5 o 6 meses de buen tiempo tenemos la leña de roble seca, que es la que más tiempo le lleva secarse. Nuestros sacos son de malla, por lo que aún son más ventilados que los bigbag y le lleva menos tiempo secar. En este formato tenemos la leña de roble seca en 3 o 4 meses. En el caso del abedul, en invierno con 2 meses y medio le llega para arder bien. En el eucalipto consigues que esté seco en 3 meses.
-¿De dónde procede la leña con la que trabajáis?
-Toda la leña viene de un radio de no más de 50 kilómetros de Lalín, sobre todo hacia la zona de Vila de Cruces, Ourense y Lugo. La leña está en el centro de Galicia.
-Con la guerra de Ucrania, se disparó la demanda de leña. ¿Sigue la tendencia?
-Este año en enero ya no había ni eucalipto ni abedul seco. Ahora, sin finalizar aun la campaña, hay gente que nos está pidiendo que le llevamos ya la leña, muchos de ellos nos la piden en verde, que es más económica, y luego se encargan ellos del secado en verano.
«Las estufas de leña volvieron a ganarle terreno a las de pélets, en parte porque los pélets estuvieron a precio de oro y ni siquiera era posible conseguirlos»
-¿Ha recuperado espacio la leña frente a los pélets con la guerra de Ucrania?
-Muchos comerciantes de pélets con los que tenemos contacto nos comentaban que la venta de pélets llegó a caer incluso un 80% y que muchos fabricantes de estufas se centraron en las de leña y en las mixtas. Las estufas de leña volvieron a ganarle terreno a las de pélets, en parte porque los pélets estuvieron a precio de oro y ni siquiera era posible conseguirlos. El precio de los pélets pasó de estar en diciembre del 2022 a 3,5 euros a este año estar a 8,5 euros. Nosotros teníamos encargados varios camiones de pélets y nunca llegaron y como a nosotros, le pasó al resto. Fueron todos para Italia, Francia e Inglaterra donde se pagaban más. De ahí que se haya disparado la demanda también de la leña.
-¿En Leña Galicia vendéis solo en Galicia o estáis también en otros puntos?
-Tenemos un distribuidor en Portugal y ahora hemos comenzado a trabajar con otro distribuidor en Madrid y estamos gestionando otro punto de venta en Ponferrada.
“Tenemos que darle valor a la leña, porque lo tiene”
-¿Cómo es el sector de la venta de leña en Galicia?
-Nosotros venimos de fuera del sector, pero es un sector que no está profesionalizado. Cuando comenzamos me sorprendió mucho descubrir una unidad de medida especial para el sector: ‘el remolque’. Descubrí que esta medida se empleaba no solo por particulares, sino por las empresas. Nosotros proporcionábamos la información sobre el peso y el precio por metro cúbico y la gente no quería oír hablar más que de remolque, con las variaciones que así puede haber.
Además, el sector de la leña está muy menospreciado por el público en general. No se valora la leña como lo que es, una energía más, sino que se ve solo como un cacho de leña.
“Si nos agrupamos podemos conseguir mejorar el sector, poner en valor a leña y atender pedidos que de manera individual no podemos asumir”
-Estáis trabajando por crear una asociación de productores de leña, ¿por qué surgió la idea de constituirla?
-La intención es trabajar en conjunto para darle valor a la producción de leña, para seguir en el camino hacia profesionalización del sector. Tenemos que darle valor a la leña, porque lo tiene. Uno de las maneras para hacerlo es creando una marca de leña gallega. Puede que a nivel particular, nosotros seamos de los menos interesados, porque nuestro producto es muy diferenciado y tiene un público específico, pero creemos que había que trabajar por el sector entre todos. Si nos agrupamos podemos conseguir mejorar el sector, poner en valor a leña y atender pedidos que de manera individual no podemos asumir. A nosotros nos hicieron este año una encarga de 100 camiones de leña desde Valencia en mes y medio. Entonces estábamos saturados y nos resultaba inviable en tan poco tiempo, pero si hay una asociación podemos abrir mercado y atender demanda de pedidos de estas dimensiones.
-¿Cómo afecta a los productores de leña que no esté profesionalizado el sector?
-Hay mucha de competencia desleal, mucha gente que se dedica a hacer leña y que tira con los precios. Hay mucha gente que saca un extra de la leña sin tener la actividad legal, desde jubilados a gente que vende la leña compaginándola con su trabajo habitual… Hay trabajo para todos, pero estos deberían de darse de alta, ya que están menospreciando el producto y perjudicando a los productores profesionales de leña.
-¿Cómo de avanzada está la tramitación de la asociación?
-Estamos pendientes de otras reuniones y acabar de ultimar los papeles para tramitarla. Estamos decidiendo cuestiones técnicas. Ahora mismo estamos 9 socios, todos ellos madereros a excepción de nosotros. Hay socios de Lalín, Vila de Cruces, Silleda, Monterroso y Lugo. Tuvimos contacto con más empresas interesadas.
Fuente: Campogalego